Hambre emocional- comiendote tus emociones
La comida sirve para nutrir y hacer funcionar a nuestro cuerpo, así como la gasolina sirve para hacer funcionar un automóvil.
¿Qué pasaría si se poncha una llanta en el automóvil y le ponemos más gasolina, pensando ingenuamente que así se solucionará el problema y el auto funcionará? ¿Serviría de algo?
¿Qué pasaría si tenemos estrés, miedo o tristeza y comemos un chocolate? ¿Solucionaríamos nuestro problema? ¿El estrés, el miedo o la tristeza desaparecerían?
La respuesta es lógicamente NO. Para solucionar el problema de la llanta ponchada es necesario cambiar la llanta, así como para solucionar el problema del estrés, miedo o tristeza es necesario lidiar con nuestras emociones. Comer no solucionará nada.
Suena fácil ¿cierto? Sin embargo a veces las cosas son más complicadas de lo que parecen.
Todo se complica por que entra al juego un concepto que vale la pena conocer:
HAMBRE EMOCIONAL
Es importante hablar del hambre emocional ya que juega un papel importante en el desarrollo del sobrepeso, la obesidad y los desordenes alimenticios (1).
¿Qué es el hambre emocional?
Hambre física vs. Hambre emocional
El hambre física sirve para avisarnos que existe una necesidad en nuestro cuerpo. Es por ello que si pasamos mucho rato con hambre física muy probablemente nos comience a dar dolor de cabeza, de estomago o incluso nos pongamos de mal humor. Las características del hambre física son:
- Se siente en el estómago
- Ocurre cada 3 o 4 horas
- Aparece de manera gradual
- No depende de nuestras emociones o estado de animo
- Es saciada después de comer
- Mientras se come por hambre física se disfruta la comida, se está consciente de lo que se come y de las sensaciones que se generan al comer
- Genera sentimientos de satisfacción y tranquilidad
El hambre emocional generalmente implica “comer de más”, es decir, comer algo que nuestro cuerpo FÍSICO no necesita (2) y es una conducta aprendida que normalmente se presenta cuando se experimentan emociones negativas como estrés, ansiedad, miedo, tristeza o incluso aburrimiento (1).
Las características del hambre emocional son:
- Se siente en la boca
- Aparece súbitamente y tiene necesidad de ser saciada lo más rápido posible
- Depende de nuestras emociones y estado de ánimo
- Va acompañada de sentimientos negativos
- No es saciada aunque hayamos comido, normalmente seguimos queriendo MÁS
- Mientras se come por hambre emocional se hace de forma rápida, sin estar consciente de qué, cómo y cuánto se está comiendo
- Genera sentimientos de culpa y/o vergüenza
El problema no son las emociones sino como manejo mis emociones
Diversos estudios sugieren que en si el problema NO son las EMOCIONES NEGATIVAS, sino la manera en que LIDIAMOS con las emociones negativas (3).
Cuando se come por una emoción negativa se lo hacemos de manera automática, pues estamos condicionados a reaccionar de esta manera.
Aquí un ejemplo:
Piensa por un momento en tu infancia…
… muchas veces cuando éramos pequeños y llorábamos o estábamos tristes nuestros padres nos compraban un pastel, un helado o un chocolate para que nos pusiéramos felices de nuevo ¿cierto? Es así como quizá se comenzó a gestar esta conducta. Con esto no estoy tratando de decir que nuestro padres hicieron algo mal, aquí lo importante es darnos cuenta de la conducta que hemos adoptado para poderla cambiar.
Entonces ¿Cuál es la solución?
- Antes de comer pregúntate si estás comiendo por hambre física o hambre emocional. SÉ HONESTO CONTIGO.
- Si estas confundido y no estás 100% seguro de que sea hambre física: bebe un vaso con agua y espera 5 minutos. Después vuelve a sentir tu cuerpo y trata de descubrir que tipo de hambre es.
-
Si tienes hambre emocional:
- Sal a caminar, toma un baño, bebe más agua, llama a alguien por teléfono, lee un libro, etc.… El punto es hacer algo para distraerte.
..…….. Ahora bien, si esto no te funciona………
- Haz lo contrario: pregúntate que es lo que te tiene triste, estresado, ansioso, etc. ENFRENTA EL SENTIMIENTO: haz una lista de lo que te preocupa, escribe tus sentimientos en un diario, platica contigo mismo, llora y desahógate, etc. ¡ENCUENTRA LO QUE SIRVE PARA TI!
- Pon una escala a tu hambre: del 1 al 10 otorga un valor a tu hambre. 1: nada de hambre, 5: ni mucha hambre, ni mucha saciedad, 10 muchísima hambre.
- Come dentro de la escala 5-6 NUNCA ESPERES A ESTAR MUY HAMBRIENTO PARA COMER.
- Nunca comas hasta estar TOTALMENTE lleno (come hasta llegar a un 7 u 8).
- Aprende a reconocer sensaciones en tu cuerpo. CONOCER A TU CUERPO es más poderoso de lo que crees.
- No tengas miedo a sentir hambre.
- Confía en tu intuición a la hora de comer: si se te antoja algo dulce HAZ caso a tu cuerpo.
Dejar un comentario